Sunday, April 17, 2016

Esperanzas



En el último mes, en los Montes de María y muchas partes más de Colombia, se ha experimentado una aparenta paradoja de acontecimientos, aunque en el fondo tienen toda la lógica del conflicto armado.  Se espera la firma de la paz entre el gobierno y las FARC, y el 30 de Marzo, las delegaciones del Gobierno nacional y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunciaron un proceso de paz paralelo, en algún momento visto con poca probabilidad.  El mismo día del anuncio, 36 municipios del país se encontraron paralizados por el miedo e intimidación del paro armado del Clan Úsuga paramilitar, y la semana siguiente todavía permanecía el zozobra en los municipios del Carmen de Bolívar y Zambrano.  En el territorio, la paz y el posconflicto están apareciendo por todos lados, sin embargo, al hablar de reparación y daño, reconciliación y no repetición, se tocan las causas y los poderes obtenidos y ejercidos  por muchos actores a través del conflicto armado, se revuelven las aguas y surgen amenazas y miedos.  En el proceso de la transformación, se draga hasta el fondo del conflicto, y lo que se halla muchas veces temoriza, sin embargo, lo que se encuentre se tiene que enfrentar.

En nuestra última reunión de equipo, meditamos sobre la diferencia entre la palabra "esperanza" en español y en inglés.  En inglés hay dos palabras- una para expresar un tiempo, la idea de esperar hasta que pase algo, como esperar una cita médica.  La segunda expresa un sentimiento positivo, es decir se sabe que lo pase en el futuro será bueno.  En español, se unan las dos ideas en una sola palabra, entonces la esperanza debe tener siempre un sentimiento positivo, es decir la fe que las cosas buscan solución.  Desafortunadamente, aunque la palabra tenga los dos sentimientos, nos reducimos a sentir más lo temporal.  Quedamos esperando algo, sin esperanza que vaya a salir bien. 
La pregunta es: cómo podemos esperar la transformación que vendrá con los acuerdos de paz y el post-conflicto, con esperanza?  Cómo estar activos y tener fe que nuestra expresión y actuar hará posible esta transformación?  No podemos quedarnos esperando la paz como una eventualidad, porque no tendremos la valentía de enfrentar lo difícil del proceso de transformación, sino tenemos que estar viviendo la esperanza todos los días, solamente en eso nos involucramos en garantizar que se haga de manera positiva.

Otro caso de esperar es el de Jorge Montes.  El Coordinador General de la Alta Montaña lleva dos años y siete meses como un preso político, acusado por ser guerrillero, y perseguido por su persistencia y falta de miedo en la exigibilidad de derechos de su comunidad, en medio del conflicto.  En las pocas veces que logra comunicarse con la comunidad, comparte un mensaje de esperanza.  Si el pueblo sigue organizado y reclamando sus derechos, él dice, él está bien.  Sin embargo, qué le puede decir a Jorge para que no pierda la esperanza, luego de dos años en los cuales ni siquiera tuvo audiencia.  Ahora, después de las audiencias en Octubre, le han cambiado el juez, y el parálisis de las vacaciones de Diciembre y Enero, y la burocracia del sistema judicial significa que está en una fila larga esperando una sentencia.  Cómo se actúa para que la esperanza de Jorge no sea solamente de tiempo, sino con fe que la justicia le dará la libertad?


Es un reto fundamental para todos y todas en esta época de tanta promesa y tantos sueños que aparentan concretarse en realidad.  La paz, y la justicia, no son de espera de tiempo.  Serán de esperanza, de hechos y actuaciones concretas de individuos y colectivos en todas partes: del juez en el caso de Jorge, de su comunidad en no perder la esperanza de su libertad, de las delegaciones en las mesas de diálogo que harán verdad los acuerdos que firman, en el público que vive con miedo de la ira de los grupos armados que permanecen en sus zonas.  Hay que vivir los dos sentidos de la esperanza: la transformación se hará, con las acciones concretas y la fe de todos.  

(Gracias a Kristian Sanabria para la foto de Jorge y mi persona.)
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In this last month, in Montes de María and many other parts of Colombia, we have experienced an apparent paradox of events, although in their deepest meaning they obey the logic of armed conflict.  We are waiting for the peace agreements to be signed between the government and the FARC, and on the 30th of March, the national government and ELN (National Liberation Army) delegations announced a parallel peace process, until that moment something that had seemed very unlikely.  The same day as the announcement, 36 municipalities all over the country woke up paralyzed by the fear and intimidation of an armed strike called by the paramilitary group Clan Usuga, and the next week the municipalities of El Carmen and Zambrano were still feeling fear and anxiety.  Here on the ground, peace and postconflict are appearing everywhere, nevertheless, when people start to talk about reparation and damage, reconciliation and no-repetition, they touch the deep causes and the powers won and exercised by many actors in the armed conflict.  The waters are stirred up and threats and fears surface.  In the process of transformation, the deep floor of the armed conflict is scraped, and what is pulled up is often terrifying, nevertheless, what is found has to be confronted.

In our last team meeting, we meditated about the difference between the word "hope" in Spanish and in English.  In English there are two words- wait, which expresses the feeling of time, as we wait for something to happen, like a doctor´s appointment.  The second word- hope- has a positive meaning- when we hope, we trust that the future will be good.  In Spanish, these two words unite in one, which means that esperanza (wait/hope) should always have a positive angle, which is to say that we have faith that things will come out well.  Unfortunately, even though the word itself has the two meaning, we often reduce it to the feeling of time.  We wait for something, without the hope that it will come out ok in the end.

The question is: How do we wait for the transformation that will come with the peace accords and post-conflict, with hope?  How can we be active and have faith that our words and actions will make the transformation possible?  We can´t get stuck waiting for peace as an eventuality, because we won´t have the courage to face the difficult things that are dredged up in the transformation process, rather we have to wait with hope, only then will we get involved with making sure that the transformation will happen in a good way.

Another case of waiting/hoping is that of Jorge Montes.  The General Coordinator of the Alta Montaña has been in jail for two years and seven months, as a political prisoner accused of being a guerrilla, and persecuted for his persistence and lack of fear as he fights for the rights of his community in the midst of armed conflict.  In the few times that he has been able to communicate with his community, he shares a message of hope.  If the people stay organized and keep demanding their rights, he says, he is fine.  Nevertheless, what can we say to Jorge so that he doesn´t lose hope, after two years of not even appearing before a judge?  Now, after two hearings in October, they have changed his judge, and the December and January vacation paralysis, combined with the bureaucracy of the judicial system mean that he is in a long line waiting for his sentence.  How can we act so that the Jorge´s waiting isn´t just about the wait for the future, but with hope that justice will give him his liberty?

It is a fundamental challenge for all of us in this time of so much promise and so many dreams that seem to be becoming concrete realities.  Peace and justice aren´t about waiting.  They will be about waiting with hope, with real actions of individuals and collectives everywhere: from the judge of Jorge´s case, from his community to not lose hope in his liberty, from the delegations at the negotiating tables who will make truth out of the agreements they sign, in the public which lives fearful of the rage of armed groups who still are around in their regions.  We have to live both kinds of esperanza, wait/hope, because the transformation will be done by the concrete actions and the faith of all of us.

(Thanks to Kristian Sanabria for the photo of Jorge and I.)